sábado, 22 de septiembre de 2012

Golpes

Antes era tan simple... bastaba un par de broncas o algún despecho y se deshacía mi corazón
vaciándose de angustias a través del llanto, y así tras cada lágrima iba recuperando un trozo de mi alma
aniquilada, y al cabo de unas horas el día abandonaba su visión sepia recuperando un trozo de arco iris esperanzador.
Y ahora...me duele el pecho, como si en él cada angustia arañara en busca de una desafortunada huida,
se ahoga esta espera y a tientas busco tu nombre escrito en los espejos o detrás de cada paso dado en falso al querer olvidarte.
Solo me resta estrujar mi alma intentando vaciarla de penas o quizás detrás de mis ojos se halle el secreto de esta sequía que me impide llorarte; aunque creo que la clave está en los golpes que tus palabras le han dado a mi corazón endureciéndolo con cada uno, resecando, devastando, oscureciendo, dejando una huella imborrable, un recuerdo vivo de la muerte de este amor.

7 comentarios:

  1. A veces hay q dejar morir para poder renacer de nuevo...

    Precioso tu blog con estos nuevos toques de color verde. Le regala un toque esperanzador :)

    Un abrazo!!

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  2. Cómo no seguir a un blog que lleva una frase de Serrano. Me ha encantado tu texto, corto, sentido, vívido y muy melancólico.
    El problema de los "recuerdos vivos de la muerte de un amor" es justamente que jamás mueren, y duelen si, duelen mucho...

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  3. Gracias por pasar por mi blog y dejarme tu comentario. Recuerdo ese dolor del alma y del corazón ante el desamor, es mucho peor que cualquier otro dolor físico, porque su remedio tarda mas en hacer efecto, pero sabes? todo ello es un aprendizaje para algo más hermoso que está por llegar. Un beso guapa

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  4. El problema, justamente, de esos "recuerdos vivos de la muerte de un amor" es que jamás desaparecen y uno debe cargarlos siempre como un peso muerto que lastra el corazón. Me han encantado tus letras. Un placer el pasarme por aquí.

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  5. Duras palabras. Tan sólo puedo dejar un susurro en el viento y desear que llegue allá donde te encuentre y arrulle un poquito ese alma dolida.

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