martes, 5 de junio de 2012

Donde hubo fuego...

Nos sorprendieron los primeros rayos del sol
atravezando, implacables, nuestro último beso,
y rogamos que en sus luces viajasen todas las culpas y los recuerdos
de esa noche en que vencimos el miedo y encendimos el deseo,
tantas veces escondido entre miradas que desnudaban hasta al silencio
incitándonos a huídas que jamás habíamos concretado;
y entre cenizas nos separamos jurando al tiempo consumirlo entre olvidos
y al corazón anestesiarlo de pasado
y salimos al mundo sabiendo que ya nada iba a ser lo mismo
que cada vez que nos rozáramos cada ceniza estallaría en una llamarada
porque a veces el amor no sabe elegir a tiempo
y cuando tarde busca hacer su nido
probablemente lo encuentra habitado.

4 comentarios:

  1. Hay amores que siempre tienen la ceniza a punto de prender, por mucho que nos empeñemos en que todo está olvidado, apagado, pero el mas leve roce supone la llamarada imparable. ¿Qué hacer ante eso?, Yo soy partidaria de arder. Preciosa entrada. Un beso

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  2. Grandioso... Me maravilló leer, aunque cueste reconocerlo a veces, sobre ese otro amor.

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  3. que hermosa entrada por dios, tu blog es una visita obligada

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  4. "de esa noche en que vencimos el miedo y encendimos el deseo, tantas veces escondido entre miradas que desnudaban hasta al silencio incitándonos a huídas que jamás habíamos concretado"

    Me encanta, pero esta vez la frase que más me ha impactado ha sido esta:

    "porque a veces el amor no sabe elegir a tiempo".

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