miércoles, 9 de mayo de 2012

Lo prohibido

Hoy no quiero promesas de amor eterno, solo palabras para un instante perfecto,
y que en mi cuerpo dibujes flores que jamás se marchiten
y que por ellas recuerde esta noche, y que en su aroma perdure el recuerdo
de la pasión y del fuego en que ardieron nuestros cuerpos sabiéndose infinitos e imborrables en la piel
pero fugaces y fugitivos con la llegada del amanecer;
que esta penumbra que a penas deja vislumbrar una sola figura de nuestros cuerpos
se convierta en la luz que le dé el brillo a mis ojos
cuando en la mañana te nombre, sabiendo que no quiero que vuelvas;
que esta melodía que brota de tus labios me aturda hasta anhelar tu silencio
para no extrañarte, para no buscarte por los rincones en que se pose el sol
porque en esta noche en que la lluvia está mojando mi ventana
quiero verte llegar hambriento y con sed de mis labios,
que recorras todos los espacios que para tí he guardado
porque he soñado con tus manos y he despertado deseándote,
y hoy ese mismo deseo es el que te llama
hoy es mi piel que te reclama
sin pedir nada a cambio
más que una noche y todos los besos que tu boca me regale,
nada más que susurros, tu voz y el cansancio necesario
que baste para saberme bendecida por el fin del deseo sublime,
para regresar a la calma
sabiendo que esta noche fue suficiente, sabiendo que fue sólo una noche y
mañana, te prometo, haremos como que no fue nada.

5 comentarios:

  1. Ay, el problema es que al día siguiente sí queremos que fuera más que nada.

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  2. Ay, el problema es que al día siguiente sí queremos que fuera más que nada.

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  3. Como el viento que pasa, y huye un instante después de acariciar nuestra piel... Pero el corazón a veces se vuelve adicto a determinados labios...

    Magnífico texto!!

    Un beso grande :)

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  4. Besos, Joan, gracias por pasar siempre!

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