Y como siempre a estas horas
llegará tu eco hasta mis oídos
y en cada sonido
recordaré tu rostro distraído,
despreocupado, rumbo al olvido.
Y cada lágrima que intente correr hacia el abismo,
cada suspiro que sin aviso dé un salto al vacío
será expulsado de este, mi cuerpo herido.
Y en este oscuro presagio de tu regreso
apresuraré el paso para que no alcance
tu sombra los espacios que mi alma obstinada
sin hacer caso a mi mente
dejó entreabiertos por si se te ocurriera volver.
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