Sin arrugas en el alma.

Cada uno envejecerá como pueda...
algunos planeando huídas, viajes sin destino,
cartas sin despedida, abismo y soledad;
otros aferrados al recuerdo, viviendo de sueños extinguidos,
cerrando las ventanas, huyendo del porvenir;
habrá también quiénes se aferren al futuro, corriendo,
de prisa, agitados, obnubilados y perdidos ante el miedo
de que el tiempo se le escurra de los dedos sin
haber hecho lo suficiente, mientras quizás,
no se detengan a ver quién tienen en frente;
estarán aquellos, eternos e inalterables,
almas con burbujas, flameando con el viento
sin edad y sin tiempo, enamoradizos incansables
buscando siempre un corazón para conservar la juventud;
unos pocos caminarán acompañando tu existencia
con el privilegio que suponen tus versos,
anudando el tiempo con las melodías de tu voz
y ante la luz cegadora acudirán satisfechos de haberte tenido,
sin arrugas en el alma, con todos los besos de la juventud que le hayan
regalado tus manos colmadas de delirios y de luchas;
pero yo, en medio de todos, con un poco de cada uno
y con nada de ninguno,
planeando un futuro sin el privilegio de tus besos, viviendo el presente
recordándote en el pasado
con la certeza de que nunca te tuve y con la satisfacción de ya no necesitarte,
arrugando los últimos sueños,
alisando los últimos años,
plena de atardeceres
esperaré mi ocaso.