miércoles, 4 de julio de 2012

Pensando seriamente en expulsar de este cuerpo a mi corazón
que nada entiende de razones y de esperas
que tras cada suspiro se agrieta y se desangra
creyendo (¡pobre inocente!) que te apiadarás de su dolor
y vendrás de improviso a remendarlo.

2 comentarios:

  1. el amor nunca entiende ni de modos ni razones , hermosa entrada, te espero por mi blog

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  2. Y dando una vuelta más, ¿Qué sería sin esa falta de razón que despierta en nosotros las ilusiones necesarias para hacernos temblar hasta los pies?

    Grandioso! :)

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