Allá escondido, con los ojitos bien cerrados,
silenciando, para no ser descubierto, los agitados
latidos de su pequeño corazón.
Allí, oculto tras los días a los que ha sobrevivido
suspendido de un suspiro
esquivando la bocanada que lo arrojara al vacío.
Ahí, en medio de ti, ha quedado atrapado,
un retazo de mi alma...
y tu lo llevas por la vida
como a una invisible flor en el ojal,
sin saber de su herida,
sin oir sus súplicas dormidas.
Y aquí yo, sin mi pequeño retazo,
esperanzada de que un día
un cosquilleo te despierte
mostrándote el retoño de mi amor
en ti olvidado,
diciéndote: aquí estoy, por fín me has
encontrado!
Entré al blog de Isma y nunca hago esto: leer los comentarios. Hoy lo hice y uno de ellos me trajo a tu blog, y después de leerte por un buen rato me dieron ganas de comentar, entonces comento:
ResponderEliminarLa nostalgia en tu espacio es una invitación a quedarse, es que yo sin la nostalgia no puedo escribir, y si encuentro nostalgia me quiero quedar aunque no me inviten.
Saludos desde Uruguay
Gracias por el comentario y más por leerme, un honor!
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