lunes, 30 de julio de 2012

Fugacidad eterna

Te amé cuando el amor era eterno
y cada llegada una bienvenida
y cada atardecer una ventana al futuro
y cada deseo llevaba tu nombre;
te amé cuando el amor era ciego
sin importarme si afuera el mundo juzgaba
sin advertir que tu hielo quemaba
sin pensar, sin dudar.
Hoy comprendí que el amor un buen día
deja caer la venda de sus ojos,
que la eternidad no es del amor ni de esta vida,
y que todo termina antes del final
sin dar tiempo a despdidas,
así, sin avisar, cuando más duele,
cuando ya no hay excusas para salvarlo del abismo,
así, tan natural, tan letal.

miércoles, 25 de julio de 2012

Memorias de mi piel.

En una noche de desvelo, con la mirada fija en la oscuridad
se dibujó en el silencio la imagen de aquella terraza
y nuestros cuerpos;
las implícitas promesas de fidelidad a la pasión que cumplimos a cada minuto,
con cada caricia que se perdía entre mi pecho y tu espalda
cuando la noche era testigo de ese amor tan prohibido como encendido
tan imborrable como el camino que tus besos trazaban en mi cuello.
Fuiste quizás una prueba del destino,
una huída necesaria para acabar con la rutina,
fuiste una bocanada de aire oxigenando mi alma asfixiada,
y mientras afuera la vida continuaba,
yo en tu nube de algodón de azúcar
no era dueña de nada,
ni de mi cuerpo ni de mi piel
solo prisionera entregada
a la dictadura de tus manos.
Y tras el tiempo no sos más que un recuerdo
la certeza de que fuiste pasado pero nunca porvenir,
y aunque hoy te encuentre a menudo y seamos tan desconocidos
aunque los dos bajemos la mirada,
la distancia es la mejor alternativa ante este temor a perder la cordura
y rozarnos sabiendo que una simple chispa
puede desatar en segundos
una llamarada .

sábado, 21 de julio de 2012

Vacío de nada.

Sobra espacio en este encuentro
y el aire se congela en este abrazo polar,
se disuelven los suspiros en esta tarde de sol sin primavera
y te sueño perdido entre huracanes de olvido;
el polvillo confunde tu imagen que se aleja en el desierto
y este silencio turbulento que provocan tus latidos sin sentido
me abrazan y me asfixian y ya solo quiero escapar...

miércoles, 4 de julio de 2012

Pensando seriamente en expulsar de este cuerpo a mi corazón
que nada entiende de razones y de esperas
que tras cada suspiro se agrieta y se desangra
creyendo (¡pobre inocente!) que te apiadarás de su dolor
y vendrás de improviso a remendarlo.